Aprender de… la pintura impresionista
El Impresionismo es un movimiento pictórico que surgió a finales del s. XIX en Francia y que se extendió pronto a toda Europa. La pintura impresionista evoca fuerza y refleja la impresión de los efectos de la luz del sol, los colores brillantes y las sombras contrastadas.
Los impresionistas rechazaban las tradiciones académicas de representar el mundo, perseguían captar el instante, alejándose así de la perspectiva tradicional. Esto llevó a los pintores impresionistas a salir de los recintos cerrados para realizar sus obras al aire libre, donde podían relacionarse directamente con la naturaleza.
Los pintores impresionistas no estaban interesados en contar historias o escenas moralistas (como hacía la pintura académica). Ellos preferían explorar cómo la pintura podía captar sus impresiones sensoriales evocando la luz, el color y el movimiento. Aplicaban el color a golpe de pincel (sin fundir unas pinceladas con otras), usaban colores más luminosos y fuertes que los pintores tradicionales.
El término Impresionismo fue usado por primera vez por las críticas adversas que describían este trabajo como inacabado según los estándares académicos imperantes en aquel momento. El término Impresionismo fue aceptado enseguida por los mismos impresionistas.
Hasta el 5 de Mayo la Fundación Mapfre nos acerca la obras de los pintores impresionistas más destacados: Monet, Renoir, Cézanne, Toulouse-Lautrec, Van Gogh, Gauguin, Seurat y Signac entre otros. La exposición Impresionistas y postimpresionistas. El nacimiento del arte moderno, procede del Museo Orsay de París.
Fundación Mapfre, Paseo de Recoletos, 23 (28004 Madrid). Entrada gratuita.