Aprender de… los leones de Madrid
Aprovechando que llega el puente de la Constitución (la escuela permanecerá cerrada del 6 al 8 de Diciembre), hemos querido dar conocer otro aspecto interesante sobre la ciudad de Madrid, y nos hemos fijado en los leones que guardan celosamente el Congreso de los Diputados.
Se trata de dos leones de bronce del s. XIX, concebidos por el escultor neoclásico Ponciano Ponzano (1813 – 1877) y que toman los nombres de Daoíz y Velarde, héroes de los levantamientos del 2 de Mayo de 1808 (magistralmente retratados por Goya). Aunque estos dos leones hoy forman una imagen indisociable con el Palacio de las Cortes, no formaban parte del diseño original del edificio, obra de Narciso Pascual y Colomer e inagurado en 1850.
El león es el primer símbolo heráldico conocido en Europa, y aparece en varias banderas regionales en distintos puntos del viejo continente a partir del s. XII. Sin embargo, el uso simbólico del león se pierde en los orígenes de la civilización. El león no es solamente un símbolo de poder, representa también el valor, la fuerza y la nobleza. En el diseño original del edificio los leones guardianes de la puerta principal eran en realidad dos farolas, pero estas no gustaban a nadie, por lo que se decidió sustituirlas. Así, se encargó un primer par de leones a Ponciano Ponzano, quien por falta de presupuesto realizó la obra en yeso pintado imitando al bronce; los leones se colocaron en 1851 pero al estar en la intemperie se degradaron rápidamente. Por eso, se encargó a este escultor un segundo par de leones, pero al presentar éste un presupuesto elevado, el encargo fue aparar a Jose Bellver (tío de Ricardo Bellver, autor de la fuente de El Angel Caído del Parque del Retiro); Bellver realizó unos leones en piedra de pequeñas dimensiones, que al ser colocados como guardianes del Palacio causaron más mofa que admiración, ya que parecían «más perros rabiosos que fieros felinos«. Finalmente, se encargó de nuevo a Ponzano la construcción de un tercer par de estatuas, pero esta vez le dieron cañones victoriosos de la Guerra de África, para que su bronce fundido los tornara en gloriosos guardianes. Estos leones fueron colocados 1872 (aunque no exentos de cierta polémica debido a su origen militar).
Como curiosidad, decir que nuestros leones, Daoíz y Velarde, son en realidad un macho y una hembra, pues representa a Hipómenes y Atalanta (un héroe y una heroína griegos que en la mitología son transformados en leones). Estos son los mismos héroes que aparecen tirando del carro de la diosa Cibeles en su fuente, situada al final del Paseo del Prado. Por cierto que los majestuosos Neptuno y Cibeles, que hoy miran orgullosos desde el centro de sus fuentes a las Cortes y la la Calle Alcalá respectivamente, y que además son símbolo de dos equipos de fútbol rivales, antes fueron amantes, pues solían mirarse el uno al otro.